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CANALIZACIÓN DE LA RÍA

 

La necesidad de la construcción de un canal para la mejora de la navegación en la Ría de Gernika es un viejo proyecto inacabado cuyos antecedentes se remontan al siglo XV, concretamente al 30 de julio de 1476 cuando Fernando V de Aragón –rey de Castilla por su matrimonio con Isabel de Trastámara y conocidos ambos como Reyes Católicos- visita Gernika para jurar y confirmar los Fueros y costumbres del Señorío y, en agradecimiento a las demostraciones de afecto, el Rey prometió canalizar la ría. Este primer proyecto se llevó a cabo años más tarde, el 3 de octubre de 1494 cuando los Reyes Católicos encargaron al Licenciado Juan de Loarte “que se informase del beneficio que importaría a Guernica y a otros lugares del recorrido de esa ría si se cortase su canal, pues por los rodeos que en ella existen se hacía larga la travesía de Bermeo a Guernica: cuánto podía acortarse la distancia, y si con las obras que se ejecutasen habría más profundidad y las naos llegarían a las villas”.

La dificultad y limitaciones en la navegación por el poco calado del cauce y escaso caudal hasta el puerto de Gernika, por acumulación de sedimentos y arrastres, ya se conocían implícitamente en la propia declaración fundacional de la Villa, un siglo antes en 1366, al librar a las embarcaciones del pago de determinados impuestos que eran contemplados para otros lugares como las grandes villas marineras, mejores receptoras de navíos.

La navegación de navichuelos mercantes y venaqueros hasta la Villa, todavía está documentada a principios del siglo XVI, cuando estas embarcaciones subían hasta la casa de Ochoa Martinez de Barrutia situada en Artecalle, edificio conocido como del puerto de suso, y en la que hubo argollas de amarre hasta principios del siglo XX.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
NECESIDAD Y PROYECTOS DE LA CANALIZACIÓN

El interés de Gernika y Lumo en la canalización era doble. A la facilidad en la navegación se le unía también el deseo de acabar con las periódicas crecidas y las consiguientes inundaciones que sufrían, y de las que hay constancia en los años 1380, 1402-03, 1408, 1418, 1440, 1441, 1447, 1453, 1481, 1551, 1552, 1553, 1581, 1590, 1593, 1606, 1651, 1709, 1737, 1762, 1775, 1777, 1778, 1801, 1839, 1858, 1869, 1874, 1877, 1903, 1953, 1961, 1975, 1977 y 1983. Pero las más destacables entonces por los daños que causaron fueron entre otras las del año 1590, que arrastró el puente de la “Rentería”, inundó la iglesia de San Juan, y causó numerosos desperfectos.

A finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX, al motivo de la dificultad en la navegación se le unió la del saneamiento de las marismas, amplia zona pantanosa llena de juncales, y que eran consideradas focos de paludismo, fiebre amarilla etc., enfermedades que en diferentes períodos históricos habían asolado la zona. Se conocen en Gernika las mortíferas epidemias de fiebres malignas sufridas, destacando sobre todo las habidas en los años 1803-1804 y 1805 y que llevaron a sanear, con la plantación de árboles, zonas de la localidad como la Ibarra de San Juan y el Ferial. El último registro de fiebre amarilla en la zona es del año 1890.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DIFERENTES PROYECTOS DE CANALIZACIÓN

Todos los intentos, órdenes reales etc. No pasaron de ser buenos propósitos hasta que a finales del siglo XVIII, el 20 de julio de 1790 las Juntas Generales vizcaínas comisionaron al perito Josef Ramón de Aldama para que realizase un estudio pertinente y propusiese la forma de facilitar el comercio a través de la ría hasta Gernika.

Realizado el estudio, en 1792 Aldama propuso que la Diputación General acometiera las obras manifestando que “su barra tenía mayor calado que la de Portugalete, pues daba 18 pies de fondo en las bajamares vivas; la orientación de la bocana y su anchura eran también excelentes, pues permitían la entrada a vela con los vientos del Oeste, Noroeste, Norte, Nordeste, Este y Sureste”. Ello significaba una guerra comercial contra el Consulado de Bilbao, empeñado en la obra del “Puerto de la Paz” en Abando, pero como consecuencia del estallido de la Guerra de la Convención en 1795, se olvidó el proyecto.

El primer anteproyecto concreto, con planos y presupuesto realizado por el arquitecto Juan Bautista de Belauzarán, fue el de 1821. En este año la Diputación Foral vizcaína se dirigió a las Cortes Españolas solicitando se concediera la autorización correspondiente y se permitiese establecer rentas o impuestos especiales a los pueblos que resultasen beneficiados en la construcción del canal. El Gobierno recibió la documentación el 25 de febrero de 1823. Sin embargo, ya en 1822, la expedición militar del Duque de Angulema y ciertos acontecimientos políticos que se dieron, junto con la reclamación de varios particulares y de algunos pueblos de la zona, obligaron a retrasar para más adelante la obra. 

En 1827 hubo otro estudio sobre el terreno encargado al Brigadier Comandante de Marina de Bilbao, Ignacio Colmenares, pero que tras entregar su informe no fructificó debido a ciertos acontecimientos políticos.

La Real Junta de Fomento de la Riqueza del Reino en 1831 y la Regencia provincial en 1841 impulsaron nuevamente los anteriores y otros estudios y proyectos. Pero nuevamente no prosperó debido a las reclamaciones entre otras, de Murueta, Forua y Busturia, quienes estaban entonces en contra del proyecto por “necesitar las cañas para abono y la hierba para el ganado”. Gernika, Mundaka y Pedernales insistían por su parte en llevar a cabo el proyecto.”Gernika se convertiría en un centro comercial y Mundaka conseguiría un dique para formar una pequeña bahía”. Aún así, el proyecto quedó olvidado en los registros del Estado.

Las Juntas Generales acordaron en 1858 realizar estudios y presupuestos definitivos de las obras de canalización, trabajo que llevó a cabo el ingeniero Evaristo de Churruca y que fue supervisado por el ingeniero jefe de la Demarcación de Costas de las provincias Vascongadas, Juan de Orense. Con este trabajo se consiguió que el Estado financiase un proyecto de mejora de la ría, que la Dirección de Obras Públicas aprobó el 9 de noviembre de 1864.

Este proyecto, finalizado el 30 de junio de 1870 y con un costo de siete millones de reales, tenía sus inicios en la zona de Oca (municipio de Muxika) y fue llevado a cabo por el ingeniero Juan de Orense. No obstante quedó archivado en el Ministerio de Fomento. Ante ello la Diputación de Bizkaia y los ayuntamientos de Gernika, Ajángiz, Arrazua, Kortézubi, Gautégiz de Arteaga, Forua, Murueta, Busturia, Pedernales y Mundaka continuaron las gestiones para conseguir realizar el proyecto. A ellos se les unió el Diputado al congreso por el Distrito de Gernika. Angel Allendesalazar, quien había visto en el proyecto una sensible mejoría para los pueblos ribereños, beneficio para la agricultura y una puerta abierta para el comercio.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
LA CANALIZACIÓN

Gracias al impulso de Allendesalazar el 24 de agosto de 1884 se aprobó un proyecto de ley de siete artículos que suponía entre otras cosas considerar a Mundaka puerto de refugio y se autorizaba la constitución de la Junta de Obras que ejecutase los trabajos de canalización. Pero el impulso sufrió un parón al morir el 18 de marzo de 1880 su máximo impulsor, Angel  Allendesalazar, presidente de la Junta, y también porque había falta de fondos para sufragar el dragado hasta Chacharramendi y cuyo costo ascendía a cuatro millones de reales.

El último impulso para llevar a cabo la canalización de la ría fue debido a Luis de Landecho y Jordán de Urries-cuñado y sucesor de escaño del difunto Allendesalazar- y a Manuel de Allendesalazar, hermano del difunto.

El nuevo proyecto de canalización confeccionado por José de Lequerica fue finalizado el 30 de septiembre de 1896.

El 28 de septiembre de 1903 se dio comienzo a las obras.

La construcción del canal trascurrió con normalidad hasta el 7 de mayo de 1910, cuando llevaban construidos 2.439,50 metros de longitud, debido a corrimientos de tierras que imposibilitaron seguir con el proyecto. En 1910 se modificó el proyecto,  y nuevos corrimientos de tierras hicieron que la Junta de Obras excavara todo el canal, hasta encontrarse con el viejo cauce de la ría, en Murueta.

En la madrugada del 23 de febrero de 1921, el vapor “Gallo”, encargado del suministro de dinamita a toda España, embarrancó en la barra de Mundaka, en un punto próximo a Portuondo. El buque transportaba doscientas ochenta toneladas de dinamita. Ello produjo gran alarma y pánico en Mundaka y Bermeo, hasta el punto que sus habitantes, masivamente, abandonaron los pueblos. Ante tal circunstancia el Gobernador Civil adoptó medidas para salvaguardar la situación, decretando vigilancia para los pueblos vacíos y movilizó al personal técnico de la “Dinamita”. Durante todo el día, personal de la empresa y vecinos contratados de pueblos vecinos, descargaron y estabilizaron más tarde la carga mediante gabarras, y tras ser desembarrancado, el día 25 el buque prosiguió su viaje. El 17 de mayo de 1921 se propusieron obras de encauzamiento que evitasen los peligros de la navegación y se presentó un nuevo proyecto de encauzamiento de la desembocadura de la ría el 16 de noviembre de 1921, que fue devuelto. El 21 de julio de 1923 se redactó un nuevo proyecto que fue aprobado el 14 de agosto de 1924, pero nunca fue ejecutado.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
EPÍLOGO

El canal de la ría Mundaka-Gernika nunca se inauguró. Las obras nunca se culminaron  a pesar de llevarse a cabo entre 1903 y 1923, años en los que se ejecutó un tramo del mismo de una longitud de 4.500 metros, entre la zona de Aldape-Rentería, en términos de los municipios de Gernika y Lumo y Ajánjiz, y la punta de Orube, en las proximidades de Murueta.

Hubo escándalos e investigación por malversación de fondos, y tal grado de corrupción que llevó incluso a que se llevara a cabo un engaño colectivo, cuando en 1922 el rey Alfonso XIII visitó Gernika y las obras del canal.

Para tan regia visita, la Junta de Obras del Puerto y Ría llevó al Rey hasta el puente de Rentería, desde cuyo centro se le mostraron las evoluciones de un barco pesquero –traido expresamente desde Bermeo- que navegaba desde el puente hasta la curva de la Merced. La realidad del calado y profundidad del cauce era otra. Oculta por la curva que hace la ría, y en las proximidades de Urbieta, se levantó una esclusa que no era visible desde el puente y mediante la cual la lámina de agua existente propiciaba la navegación y así hacía posible que fuera navegable la ría en un tramo de 300 metros.

Posteriormente en los años 1927, 1931, 1935 y 1936 se hicieron nuevos esfuerzos para llevar a buen fin la culminación de las obras, sin llegar a cuajar la iniciativa.

En 1936 el Gobierno Vasco también llevó a cabo gestiones para proseguir las obras, pero debido a la situación de guerra el asunto tampoco continuó.

Los últimos atisbos de proseguir con las obras se llevaron a cabo en 1947 y 1957. En 1968 la Diputación Provincial de Bizkaia en su plan de Aprovechamiento Especial de la Ría y, el Plan Comarcal de Gernika-Bermeo, contemplaban la culminación entre otras cosas, la de las obras del canal, pero fueron muchas las voces que se levantaron en contra del mismo.

A mediados de la década de los 70 hubo intentos por ejecutar el plan, pero el incipiente movimiento popular que se organizó en 1976 al amparo de la comisión “Zain dezagun Busturialdea”, terminó por retrasar la ejecución del mismo y paralizó el proyecto.

 

 

 

Texto recopilado del Dossier “El canal de la Ría de Guernica-Mundaca” cuyo autor es Jose Angel Echaniz Ortuñez “Txato” y fue editado en la revista Aldaba nº 91 en 1998.

 

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