top of page

IBARRANGELU Y ELANTXOBE

 

En la formación de anteiglesias hay que tener en cuenta dos factores: el hecho de juntarse una comunidad alrededor de una parroquia y la necesidad de buscar soluciones a los problemas socioeconómicos dentro de la comunidad. Con la construcción de una parroquia se pasaba de una comunidad separada a una comunidad unida. Y esto es lo que pudo haber sucedido en Ibarrangelu cuando los señores de Bizkaia levantaron la iglesia de San Andrés; los aldeanos de los alrededores comenzaron a ir a la parroquia y ante el deseo de buscar soluciones a los problemas, se dieron otro tipo de relaciones hasta entonces inexistentes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

​

​

​

 

​

​

​

​

​

Parece que hacia 1300 ya estaba construida la iglesia de San Andrés. La mayoría de los habitantes de Ibarrangelu vivían en el mismo valle en que se construyó la iglesia. Poco a poco la gente fue moviéndose hacia la ladera del monte y a ambas orillas del río.

El aumento de población fue general en Bizkaia a finales del siglo XIV y a lo largo del XV.

La parroquia de Akorda se levantó hacia el año 1500.

Hacia 1520 los pescadores de Ibarrangelu se fueron a vivir a la barriada de Elantxobe. La playa de Ibarrangelu, abierta al mar y poco protegida no era el lugar adecuado para los pescadores; por consiguiente, se fueron al refugio de Ogoño, y aunque no era un sitio propicio para construir sus viviendas, poco les importaba dónde estaban sus casas mientras sus embarcaciones estuviesen  a resguardo.

Así mientras los habitantes del interior vivían de la agricultura, los de la costa vivían de la pesca.

A partir de la Baja Edad Media se notó un incremento en las labores de pesca bien debido a la demanda, bien a la religión que no permitía comer carne. Lo que se pescaba era: anchoa, sardina, besugo...pero el tipo de pesca por excelencia era el de la ballena porque proporcionaba el aceite para alumbrar las casas, huesos para levantar cercas etc. La parte más apreciada era la lengua, que por tradición se regalaba a la iglesia de San Andrés.

La ballena se cazaba en la costa desde finales del verano hasta pasado el invierno. Este mamífero se acercaba hasta el Golfo de Bizkaia. Durante los siglos XIV y XV las salidas en busca de la ballena se realizaron a lugares más lejanos como Inglaterra e Irlanda. Cuando comenzó su declive de las costas vascas, allá por el siglo XV, los pescadores se dirigieron hacia Terranova llegando a hacerse con ballenas y bacalao.

Elantxobe e Ibarrangelu no eran nada atractivos para los inmigrantes. En el caso del puerto, porque la estructura era escasa y no podía competir con otros puertos. En el caso de Ibarrangelu porque los trabajos agrícolas no eran continuos y cuando había trabajo había exceso de mano de obra, lo que no hacía de Ibarrangelu el paraíso para quedarse a vivir.

 

AGRICULTURA

A medida que trascurría el siglo XVI las cosechas fueron aumentando, pero no fueron suficientes para lograr  un autoabastecimiento en Euskal Herria porque la población también iba en aumento. Los cereales se estaban convirtiendo en dieta principal de la población. El trigo, el mijo, las castañas y también la manzana se convirtieron en base de la alimentación. La productividad de la agricultura vino por el aumento del terreno roturado.

Este proceso continuó durante el siglo XVII. Durante este siglo se introdujo una renovación en la agricultura, el maíz, a partir del cual agricultura y maíz fueron de la mano. Los últimos 25 años del siglo XVI, en algunos lugares ya se sembraba el maíz pero como comida para los animales; después sin embargo conoció el maíz unos avances increíbles debido en parte a la crisis de finales del siglo XVI y a las malas cosechas del siglo XVII. El desarrollo del maíz derivó en la desaparición de otros productos como el mijo, avena, cebada y centeno, de nuestras huertas, a los que marginó ocupando su lugar en las mismas. El éxito del maíz y del trigo llevó a que para el siglo XVII no hubiera tierra que no estuviese ocupada por cereal, trigo o maíz.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

​

​

​

​

​

 

 
 
 
 
 
 
LA PESCA

 

A partir del siglo XVI la pesca de la ballena en la costa fue disminuyendo.

Para dar a conocer la presencia de las ballenas había un puesto de observación, a cubierto, en Ogoño. Desde allí se enviaban señales de humo a los patrones delas embarcaciones cuando había algún animal en las inmediaciones. Un tercio del sueldo del atalayero lo pagaba la iglesia, otro tercio la anteiglesia y el otro la cofradía. Se sabe que hubo un vigía en Ogoño por lo menos de 1631 a 1712; desapareció el cargo de 1712 a 1724 y desde ese año hasta su desaparición definitiva en 1734 se nombró otro.

Cuando, en el siglo XVIII, comenzó a escasear la ballena en Terranova, los pescadores se dedicaron al bacalao lo que llevó a los pescadores vascos a moverse por Groenlandia y Spiltzberg. También en ese siglo comenzó la competencia por parte principalmente de ingleses y holandeses, y en menor medida de los franceses.

Con el Tratado de Utrech Terranova quedó en manos de los ingleses lo que complicó tanto la pesca como el número de capturas que disminuyeron sin remedio. Hacia mediados del siglo XVIII, todavía algunas embarcaciones de Elantxobe se embarcaban en la pesca de la ballena.

Con la disminución de la ballena se comenzó a pescar otro tipo de peces como el besugo, la anguila, sardina, atún, anchoa y otros. La cofradía regulaba el tipo y tamaño de peces, así como cuándo y cuántos se podían coger.

Para dar cuenta de los cambios en el tiempo meteorológico se introdujo la figura del señero en 1822. Entre las condiciones impuestas por la cofradía se decidió nombrar a suertes, a tres cada año, entre los patrones. Éstos, estando en la mar y viendo un cambio de tiempo, o después de recibir aviso del señero de tierra que solía estar en Ogoño o en Ibinaga, decidían si se volvía a tierra o se continuaba en la mar. Si se decidía volver a tierra, hacían una señal con un bastón y una tela. A quien no respetase la decisión del señero se le imponía una multa de 150 reales, y  a parte se le quitaban las ganancias delo pescado, repartiéndose entre las otras embarcaciones.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

​

​

​

​

​

​

En 1868 cambiaron las condiciones y en lugar de 3 se elegían 7 señeros, respetándose el deseo de la mayoría.

A finales del siglo XVIII y principios del XIX la pesca entró en crisis debido principalmente a las guerras, tanto de independencia como carlistas.

En Elantxobe había un muelle pequeño allá por los siglos XVII y XVIII que se rompió muchas veces y se arregló otras tantas (utilizando piedra de Ogoño). Ello ocasionó innumerables gastos al ayuntamiento de Ibarrangelu y a la cofradía, que para hacer frente a gastos de arreglos tuvo que poner por aval los bienes y ganancias de que disponía, así como ungüentos de las ballenas y demás.

Para mejorar la situación del interior del puerto se decidió subir el muelle en agosto de 1781.

En 1803 se construyó la iglesia de San Nicolás de Bari, consiguiendo Elantxobe una parroquia autónoma de la de Ibarrangelu, primer paso para su independencia que se llevó a cabo en 1832, no sin conflictos entre ambos municipios, y que no terminaron de resolverse hasta 1865.

 

 

 

bottom of page