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La Casa de Juntas de Gernika

 

Cuando a comienzos del siglo XVI el corregidor pretendió trasladar a Larrabetzu las Juntas del Señorío éste se negó a ello alegando que desde tiempo inmemorial se habían reunido en Gernika, bajo el Árbol, para resolver sus problemas. Es por tanto, presumible, que desde plena Edad Media, al menos desde el siglo XV, las Juntas Generales del Señorío se celebraran en Gernika, bajo el histórico roble.

En lo sucesivo siguió siendo aquel el lugar de las Juntas, hasta la extinción de la foralidad en 1877. Después de un paréntesis de un siglo, Gernika sigue siendo sede de las Juntas Generales del Señorío de Bizkaia.

El paraje de las Juntas era, y es, una colina que domina la ría de Urdaibai. Antes fue territorio boscoso de la anteiglesia de San Pedro de Lumo. El conjunto de lo que terminaría por llamarse Casa de Juntas lo conformaban en primer lugar el roble histórico, con tribuna y campa, donde acogía a los junteros bajo su sombra; en segundo lugar la ermita de Nuestra Señora de la Antigua, a donde fue trasladada, con el tiempo, la asamblea de junteros.

Ambos recintos constituían esencialmente la Casa de Juntas en un principio. Poco a poco una serie de edificaciones complementarias irían aumentando el conjunto: primero un hospital, después una cámara para guardar los documentos producidos por la institución desde que hubo costumbre de levantar acta. Para finales del s. XVII estaba conformado este conjunto de Árbol, tribuna, iglesia, hospital y archivo de la Casa de Juntas de Gernika.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nuestra Señora de la Antigua

 

El templo de Nuestra Señora de la Antigua debió de ser un espacio religioso pequeño, una ermita en aquel bosque sobre la colina de Gernika. En 1410 el corregidor Gonzalo Moro la reedificó, y en ella mandó ser sepultado. Una imagen aproximada de cómo pudo ser nos la ofrece el cuadro “El besamanos” de Mendieta. Allí la ermita parece un pequeño templo de una nave, con un acceso de medio punto a los piés y una espadaña de un cuerpo sobre uno de los muros laterales. A partir del  s. XVII las noticias sobre la Antigua son ya más precisas. Se sabe que, estando medio arruinada, se reformó mucho, se le dotó de asientos nuevos, se le decoró etc. Pero siempre debió de ser templo de escasas pretensiones, incapaz para las funciones, que desde fecha imprecisa desempeñó: contener la asamblea de las Juntas y el volumen documental que producían.

Hasta la normalización de las Juntas en el interior de la Antigua la función de la ermita no es precisa; pero hay que suponerle misión religiosa, la santificación mediante la misa del acto político: iglesia juradera.

Por lo que respecta al archivo, la sacristía del edificio debió contener la documentación hasta que en 1684 se manda añadirle un espacio más capaz al efecto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ÉPOCA MODERNA

Exterior

Actualmente la Casa de Juntas mantiene los elementos esenciales de antaño pero con modificaciones. Ya no existe el hospital; en cambio se ha construido; en cambio se construido un templete para el Árbol Viejo, claro que ni el árbol es el mismo de los siglos precedentes, ni tampoco la tribuna, ni la iglesia de la Antigua, ni el archivo. La mayoría de los edificios que conforman hoy la Casa de Juntas se realizaron durante el primer tercio del s.XIX.

El actual Árbol de Gernika fue plantado en 1860 y es heredero de los que hubo antes que él. El Árbol Viejo se secó en 1892, y actualmente se encuentra en un emplazamiento hacia el norte del jardín dentro de un templete circular sobre toscanas, sustituyendo dicho monumento a una estructura metálica acristalada realizada en 1929 y que es donde estuvo el Árbol Viejo en un principio.

El actual Árbol de Gernika ocupa un lugar despejado a poniente del conjunto. Siempre ha estado plantado en aquel área, aunque no en aquel preciso lugar, sino detrás de la tribuna, donde se halla su sucesor. 

La tribuna juradera tiene una función determinada a la sombra del árbol. Es la presidencia de las Juntas, el lugar donde el Corregidor y el resto de las autoridades institucionales tomaban las credenciales a los junteros, y desde donde dirigían la asamblea.. Por alguna noticia del siglo XVI se puede entender que, como tal presidencia, estaba algo elevada sobre la plaza donde se asentaban los junteros (en asientos de obra), y que en 1574 se mandó cubrirla con tejado. En el siglo XVII una reja de madera defendía el lugar. La tribuna juradera actual es coetánea al resto del conjunto con la iglesia juradera y el archivo (1862) Se conforma en frontis octásilo corintio de poco fondo. Recuerda un pórtico del pateón de Agripa, con su escalinata axial.

La tribuna dispone hoy, como dispuso anteriormente, de asientos sitiales para las autoridades institucionales históricas: corregidor, tesoreros, secretarios...

La tribuna es un edificio interesante. Está programado a diferente escala que la iglesia y el archivo, en el más puro estilo neoclásico. A la sombra del árbol recoge el simbolismo del lugar al mismo tiempo que los elementos esenciales de la estructura antigua (construida en 1665), a la que sustituye. El autor de las columnas y entablamento fue el maestro José Ibarrolaza. Los capiteles fueron labrados por Cristobal Cestafe, Jose Mª Gandiaga, Toribio Ibarra y Lorenzo F. Moñiz.

Otro de los elementos que podemos observar en el exterior, en el área ajardinada, es un mapa de Euskal-Herria de marmol de Ereño, de 8.500 kg., y cuyo autor es Amancio García (1983).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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EDIFICIO

Con el tiempo, el complejo de la Casa de Juntas, no daba cabida a las necesidades administrativas, por lo que el Señorío decidió levantar uno nuevo. El nuevo proyecto de conservar en lugar apropiado la documentación y de acomodar dignamente a los junteros era muy ambicioso, porque contemplaba la reordenación de todo el solar de Juntas, con su tribuna etc., y además preveía la construcción  de un amplio espacio destinado a armería. El proyecto era obra de Antonio Echevarría, quien corría con su dirección (1827-33). Dicho proyecto pretendía ordenar todo el conjunto de archivo,la Antigua y armería en un gran rectángulo de masas simétricas desde la iglesia hacia las alas. El proyecto databa de 1824, pero  las obras no comenzaron hasta 1827.Como  sobrestante actuaba el maestro José María Zubizarreta , y como contratistas principales Juan Antonio Arana y José Ibarrolaza.

En aproximadamente diez años las obras se hallaban en el estado actual, desgraciadamente inconcluso, por lo tanto asimétrico, ya que el pabellón de la armería no se construyó ni tampoco las galerías que debían unirlo con el núcleo de la iglesia juradera, debido a que diversas circunstancias, como las guerras carlistas, paralizaron el proyecto.

La iniciación de las obras de la iglesia juradera de la Antigua se aprobó el 20 de julio de 1827. Echevarría supo coordinar un espacio sagrado que fuera al mismo tiempo parlamento y que aglutinara, además, todo el conjunto del solar foral. Las obras corrieron a cargo de la cuadrilla del cantero Tomás Gandiaga. Santa María de la antigua es un edificio elíptico, muy adecuado a su función polivalente, con asientos en gradería de cuatro registros y bancos de obra aunque forrados de madera. Por encima, corre un registro en corredor separado del lugar de la Junta por un balconcillo, obra del herrero Hormaechegoitia, en recuerdo de aquella valla que separaba al pueblo de los junteros  en las inmediaciones del Árbol.

Se cubre con artesonado de madera con jácenas radiales a ocho ménsulas de piedra, que sustituyen a otras de escayola. Se ilumina desde lo alto por una serie de ventanas  en vano escarzano defendidas por vidrieras. La presidencia se establece al fondo de la sala. Es un estrado muy sencillo con mesas y sitiales, siete, recogiendo el simbolismo de los de la tribuna juradera. Realizó el conjunto el carpintero Antonio de Gondra. 

La presidencia es antesala del presbiterio de la iglesia, al que se ingresa por arco de triunfo de medio punto sobre pilastras que flanquean columnas toscanas. Hasta la última reforma guardaba el altar y un modesto retablo de un solo cuerpo y una sola casa en la que se veneraba la imagen de la Inmaculada, talla de comienzos del s. XIX. Es  pieza de calidad que sustituye a la vieja titular, Nuestra Señora de la Antigua de Gernika, en paradero desconocido. Desde 1856 presidió la Inmaculada el recinto de la Antigua. Hoy se guarda en las oficinas del archivo.

El retablo, por su parte, es obra de Serafín Basterra  y de Vicente Larrea, 1907. Sustituía a otro, original para el edificio, obra de Juan Bautista Belaunzarán, 1825. 

Hoy, retirado el retablo, su lugar lo ocupa el repostero del Señorío. No obstante, se ha conservado el altar.

La piedra labrada es arenisca procedente de Oca, en Gorozika.

Sobre el corredor público hay una serie de retratos individuales de los Señores de Bizkaia. En los 26 lienzos se idealiza a los Señores a quienes se identifica por una leyenda, a veces fantástica, que les acompaña. Van enmarcados en bronce. Se documenta la serie señorial en los pintores Domingo y Nicolás Bustrín, y en Sebastián Galbarriartu, 1664. Algunas de estas piezas son de poca calidad; otras en cambio (la de Diego Lopez, número 18, por Ej.) son dignas. Por encima de los lienzos de los Señores corre otro a modo de friso sincopado que recoge en diez cartelas verticales las efemérides de los juramentos bajo el Árbol de Gernika, mas dos con fórmulas de los juramentos, en castellano y euskera.

En las siete ventanas que iluminan el recinto, a la misma altura que las cartelas, se pintan vidrieras. Seis de ellas sobre boceto de Adolfo Guiard, 1901, recogen alegorías de la historia de Bizkaia. Las realizó Masriera.

La vidriera más desarrollada, sobre el presbiterio, es también alegórica. Alude a la familia, al campo, a la industria...,vascos, a los lados de un motivo central con los elementos constitutivos del blasón del Señorío rotulado por la leyenda del primer Señor, Iñigo López de Ezkerra.

A los pies del templo, sobre el acceso al recinto, se cuelga una de las piezas de más interés iconográfico acerca de la Historia de Bizkaia: el original del cuadro del Besamanos al Rey Don Fernando el Católico por los vizcaínos en 1476 (1’58x300), que pintó Francisco de Mendieta en 1609. El lienzo se restauró en 1982-83, por la Diputación del Señorío de Bizkaia.

Encima de esta tela existe otra, grande, de Anselmo de Guinea, 1882, que representa la “Jura de un Señor de Bizkaia”, también restaurada por las mismas fechas.

La lámpara de bronce dorada, que cuelga del centro de la sala de sesiones, y que cuenta con unas 70 u 80 luces fue regalo de la emperatriz Eugenia de Montijo, en agradecimiento por el nombramiento de su hijo como “Vizcaíno originario” por la Juntas Generales porque su madre procedía, por línea generacional, de las torres de Arteaga y Montalván, en el Señorío de Bizkaia.

El pórtico de la Antigua es uno de los elementos de más empaque y severidad clásica, además de armónico, si se hubiera completado el conjunto con el pabellón de la armería. La sala de la vidriera, antiguo museo, fue cubierta por su actual techo en 1985. En ella se recoge el simbolismo del Árbol como lugar que agrupa a Bizkaia representada en sus diversas vertientes socio-económicas. Los pueblos del Territorio Histórico –simbolizados por sus monumentos más representativos- se congregan en torno al Árbol y las Viejas Leyes.

Esta sala alberga también diversos motivos y recuerdos relacionados con la historia de Bizkaia, pero el material expuesto es inferior al que hubo antes de la remodelación. Es de destacar el tríptico de Gustavo de Maeztu (1887-1947) “Lírica y religión”, en uno de los muros laterales.

 

(Fuentes: Monumentos Nacionales de Euskadi

   Ed. Elexpuru)

 

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